En mi forma de ver, la exploración del mundo es un comportamiento esencial para el desarrollo de la creatividad humana. En este sentido, arte y ciencia tienen la misma importancia. Aunque ambos comparten el mismo fin, parece que proponen diferentes maneras de observar.Con la ciencia moderna el "cuerpo humano" se transforma en objeto de estudio, como una máquina que se divide en partes para entender cómo funciona. Este punto de vista ha continuado hasta el último siglo cuando se hicieron las preparaciones anatómicas en formaldehído, para presentar al "hombre máquina" desprovisto de su identidad. Por el contrario, las artes toman los objetos inanimados y los modelan para vivir en símbolos.En este contexto, el retrato de un cuerpo muerto y expuesto en formol, un individuo que ha sido privado de la vitalidad, humanidad y presentado como objeto de estudio, puede encontrar su esencia como un objeto revivido y, en última instancia, tratar de llenar ese espacio muerto entre la ciencia y el arte, a través del retrato fotográfico.